En conversación posterior (18 de febrero) a la primera sesión del seminario Rosa Nidia y yo regresamos al tema de las aporías y paradojas; en el pie de página número 4 de sus notas (postal anterior) ustedes pueden revisar dos interesantes definiciones donde ella abunda sobre el asunto, que no están en la primera versión. A mi en lo particular, le dije, el tema de las aporías me recordó un texto de Jorge Luis Borges sobre una extraña y contradictoria taxonómía animal encontrada en una vieja enciclopedia china titulada Emporio celestial de conocimientos benévolos.
Dice Borges: "En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (1) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas." Fin de la cita.
No estoy seguro de que una clasificación de naturaleza tan demencial pueda en estricto sentido ser considerada aporética, aunque muy probablemente sí paradójica. Por cierto, el texto donde se cita tal manojo de contradicciones se llama El idioma analítico de John Wilkins. Aquí la ficha completa del libro:
Borges, J. L. (1952) Otras inquisiciones. Salamanca: Alianza Editorial. Biblioteca Borges.
También pueden dar dos clics en la liga superior y podrán leer el texto completo. Algo más, Michel Foucault cita este texto prácticamente en la entrada de su libro Las palabras y las cosas para interrogarse sobre la imposibilidad de un lugar donde tal clasificación fuera posible. En sentido estricto un lugar así es un no lugar. Saludos y que siga la discusión.